Boletín de Prensa No. 5
Portoviejo, agosto 15 del 2020
Chone
MONSEÑOR EDUARDO RECIBIÓ EL PALIO ARZOBISPAL
En el marco de la misa de ordenación de Mons. Vicente Saeteros, el Nuncio Apostólico en el Ecuador, Mons. Andrés Carrascosa C., impuso a Mons. Eduardo Castillo P., el Palio arzobispal.
Previamente, el Señor Nuncio explicó que, por una antigua tradición en la iglesia católica, el Santo Padre entrega el palio a los arzobispos que han sido nombrados para estar al frente de una arquidiócesis.
El palio es hecho de lana y se pone sobre los hombros. Tiene cocida unas cruces de seda negra. Está adornado con tres clavos de metal que recuerdan los clavos de la Pasión. La lana significa la oveja que el buen pastor lleva sobre los hombros; la oveja perdida que el buen pastor va a buscar y la carga sobre sus hombros. Esto es un signo de que los pastores no viven para sí mismo sin para las ovejas.
El 21 de enero, fiesta de Santa Inés ( Inés en latín = Agnes, cordero = agnus. El símbolo de Santa Inés es un cordero) son llevados ante el Papa unos corderitos blancos para que los bendiga, quienes al crecer los trasquilan y con esa lana se confeccionan los palios. Estos palios se colocan en un cofre sobre la tumba de San Pedro bajo el Altar de la Confesión. Todo ello para simbolizar que la unidad de la Iglesia nace de la tumba de Pedro.
En Manabí han recibido el Palio Mons. José Mario Ruiz, Mons. Lorenzo Voltolini y ahora Mons. Eduardo. Los dos primeros lo recibieron en Roma pero hace unos años el Papa Francisco decidió cambiar el ritual, ahora encarga a su representante en cada país que vaya a imponer el palio a cada arzobispo en su arquidiócesis.
El Nuncio destacó la presencia de Mons. José Mario Ruiz, arzobispo emérito de Portoviejo, ya que por tercera vez le impone las manos a monseñor Saeteros: la primera como diácono, la segunda como presbítero y ahora como obispo. Monseñor Saeteros es fruto de la primera promoción del Seminario San Pedro fundado por Ruiz.
El Nuncio apostólico invitó a la comunidad a orar por el ministerio episcopal de Mons. Eduardo, arzobispo metropolitano de Portoviejo; y Mons. Saeteros, llamado a ser sucesor de los apóstoles y a colaborar con el arzobispo en la misión de enseñar, santificar y pastorear al pueblo de Dios que camina en Manabí. Que el Señor les conceda a ambos ser imagen del buen pastor que da la vida por sus ovejas, culminó señalando el Nuncio.